Un episodio de contaminación fuerte producido "en los últimos cinco años" en el entorno de Las Tablas de Daimiel podría explicar hoy "el nulo desarrollo" de la vida subacuática en el espacio protegido. El equipo de investigación de la Estación de Hidrobiología de la Universidad de Santiago de Compostela, formado por ocho científicos, apunta a este foco desencadenante de la merma de la vida que padece el ecosistema.
"Es difícil determinar con exactitud la fecha, pero yo me atrevería a decir que ese foco se produjo en cualquier momento desde hace cinco años hasta la actualidad y ahora estamos asistiendo a los efectos de esa contaminación pasada", explicó a La Tribuna el responsable del equipo, Fernando Cobo, antes de finalizar el segundo muestreo que realizarán este año en el Parque Nacional, encargado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la propia dirección del parque. Cobo recordó que las primeras muestras se sacaron en marzo y regresarán de nuevo en septiembre para realizar el último muestreo, previo al diagnóstico de la situación que no se conocerá "hasta final de año".
Según apuntó, los efectos de aquellos vertidos son "una alteración de los suministros alimenticios de todos los organismos relacionados con Las Tablas, desde los más sencillos a los más complejos". Así, el objetivo de los muestreos es estudiar la red trófica del ecosistema acuático. Para ello, los investigadores gallegos han tomado muestras todo el fin de semana y la mañana de ayer de los invertebrados y de los peces, a los que se les investigará su contenido estomacal para comprobar dieta y así dictaminar el estado de salud de las diferentes variedades y los marcadores bioquímicos. Con los resultados de estos análisis, el grupo realizará un diagnóstico "para dar con el tratamiento más apropiado para el enfermo".
Este trabajo viene a completar los estudios que se están realizando desde el año pasado a instancias del Ministerio de Medio Ambiente sobre la calidad de las aguas del humedal. Una de estas investigaciones hidroquímicas, impulsada por el Instituto Geológico y Minero, arrojó en el mes de marzo que en el agua no habían hallado niveles elevados de compuestos químicos como herbicidas.
Cobo no entra a cuestionar estos resultados, en tanto es posible que las trazas químicas no permanezcan ya, pero sí los efectos de la alteración. "Es como cuando se produce un incendio, meses o años después el fuego no está, pero sí sus consecuencias en la tierra", explicó.
Pese a que el experto insistió en que hay que ser muy prudentes y esperar los resultados de los análisis, la situación que se están encontrando en los muestreos a pie de campo en Las Tablas responde "a un caso muy claro y documentado desde el punto de vista ecológico". "Aparece la alteración (contaminación) y se va amplificando hasta afectar a un número cada vez más grande de componentes del ecosistema y al final todo queda afectado. Las macrofitas (plantas subacuáticas) desaparecen, aumentan la turbidez porque estas plantas no sujetan el fondo, y hay problemas con las especies invasoras".
No en vano, Fernando Cobo, con 30 años a sus espaldas en la investigación de ecosistemas acuáticos, es "optimista" respecto al futuro del humedal. "Los ecosistemas acuáticos son muy agradecidos, en el momento que se detiene la causa de la alteración se recuperan a una velocidad que siempre nos sorprende, pero hay que ayudarlos evitando la contaminación y favoreciendo aportes de agua de calidad".
Fuente: Ayuntamiento de Daimiel
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