Naturaleza y aventura en las Lagunas de Ruidera

El Mirador del Rey ofrece en lo alto de la colina de la población Ruidera una estampa donde la belleza de la naturaleza, la fertilidad que aportan las aguas del Acuífero 24 al Campo de Montiel en plena Mancha, la complejidad geológica de estas tierras moldeadas por el agua, el discurrir de la vida de las poblaciones ribereñas y los efectos del tan deseado turismo de interior cobran sentido para el ‘quijote’ o los muchos ‘sanchos’ que asoman por el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera.

Quince lagunas en una superficie de 3.772 hectáreas, repartidas en dos provincias, Ciudad Real y Albacete, y cinco municipios, Argamasilla de Alba, Ruidera, Alhambra, Villahermosa y Ossa de Montiel, forman parte del oasis natural “de agua y vegetación” que surge de repente en la inmensidad de la llanura. Cascadas, torrentes, barreras tobáceas, espinos, aliagas, nutrias, zorros, forman parte de una imagen que atrae a 500.000 personas cada año.

Las Lagunas de Ruidera no sólo son un paraíso de humedad y frescor durante el verano, sino una aventura que parte de miradores que ofrecen regalos a la vista y al conocimiento de la historia geológica, antes de adentrarse por las profundidades de la tierra en la Cueva de Montesinos, de sentir el discurrir del río al paso marcado por las silenciosas canoas, de explorar la flora y la fauna por senderos, y de disfrutar de las agradables aguas con un buen chapuzón en sus numerosas zonas de baño.

Creadas por el flujo de las aguas subterráneas, el director del parque natural, José Antonio Pizarro, explica que las lagunas surgen de un acuífero que es como un “vaso agujereado”. La primera es la Blanca, localizada en Ossa de Montiel, y la Conceja sigue una línea discontinua que llega hasta el Embalse de Peñarroya. La dependencia de las lagunas de la evolución del Acuífero 24 es la que marca sus ciclos naturales y el volumen de agua.

Las Lagunas de Ruidera son un espacio en constante cambio, se transforman. El agente ambiental José Francisco explica que “a lo largo de la historia se han hundido algunas lagunas y han surgido otras”. Así, los travertinos, las barreras tobáceas que las separan, son fruto de la disolución del carbonato cálcico del suelo por la acción del agua durante miles de años.[lagunas_8]lagunas_8

De hecho, el técnico del Centro de Interpretación de las lagunas, situado a la entrada de Ruidera y dentro de la provincia de Ciudad Real, explica que en la actualidad lostravertinos que separan las lagunas tienen unos 10.000 años. Pero se pueden observar restos de otros antiguos, “que tienen entre 40.000 y 80.000 años”.

Algunos ejemplos están en la Lengua y en la isla que colinda con la Colgada, Santos Morcillo y Batana, que separa las provincias de Ciudad Real y Albacete. Y además, entre las lagunas Tomilla y Tinaja se está creando una barrera nueva.

Al 90 o 95 por ciento de su capacidad de agua en la actualidad, las lagunas del Rey y Colgada son las más hondas, con alrededor de 25 metros de profundidad en algunas zonas, y también las que nunca se quedan sin aporte de agua, al estar localizadas en la parte más baja del acuífero.

Sin embargo, este verano ya están secas la Blanca, que es la única que sólo recibe aguas superficiales, y la Redondilla. Aparte, se observa un importante descenso del agua en la Lengua, ideal para ver la estructura de las lagunas y las formas de los travertinos en las orillas, otra de las estampas más características de Ruidera.

Pese a la sequía y los efectos del cambio climático, el director del parque destaca que hasta el momento las lagunas están “dentro de los ciclos normales”, como consecuencia “de la menor capacidad del acuífero para verter agua” en los últimos meses, por lo que su futuro está garantizado.

Flora y fauna del bosque mediterráneo

Sauce blanco, álamo negro, encinas, algunos híbridos de chopo. La vegetación de las Lagunas de Ruidera es típica del bosque de ribera, y en las zonas más altas aparece la encina, el enebro, las sabinas albares y unos densos matorrales formados por coscojares, espinos y aliagas propios del bosque mediterráneo de la Meseta Central.

El Centro de Información de las Lagunas de Ruidera representa “el mejor punto de partida para el amante de la naturaleza que quiera descubrir los entresijos del parque”, con su jardín botánico, sus exposiciones y consejos prácticos para una visita consciente y respetuosa. Las cifras indican que “sólo el 5 por ciento de los visitantes que acuden a las lagunas pasan por el Centro de Interpretación”, a pesar de que es la primera recomendación que hacen desde la dirección del parque.

La fauna está formada de aves acuáticas, ánades, fochas, porrones, cercetas, abejarucos en verano, cormoranes en invierno y el aguilucho lagunero, muy frecuente en época de cría. Aunque también está presente el conejo, el zorro, la liebre, la nutria, el jabalí y las cabras montesas, que “últimamente se ven bastante”.

Las rutas senderistas o cicloturistas son la mejor forma de adentrarse en el paisaje y existen numerosas en sendas de duración media que siguen los márgenes de las lagunas o se internan en el monte hasta llegar al Castillo de Peñarroya o al de Rochafrida en Albacete.

En la actualidad, la forma más fácil para conocer todos los detalles es “brujulear” con la nueva aplicación móvil puesta en marcha esta primavera por la Consejería de Medio Ambiente, que tiene 50 audioguías con información básica en castellano e inglés, y que “ha sido todo un éxito” con “miles de descargas”.

Frente a la tradicional visita de Ruidera como un sitio de baño “donde vale todo”, las lagunas son interpretación ambiental, contacto con la naturaleza y aventura. Buceo, snorkel, vela, kayak, rutas 4×4, astronomía. El turismo activo ha desembarcado con fuerza en las lagunas y en la actualidad son numerosas las empresas con sede en Ruidera que ofrecen desde conocer el discurrir de las lagunas en canoa, “una experiencia fascinante”, a explorar las curiosidades del fondo lagunar con bautismos de buceo.

Precisamente ese es el turismo que pretende fomentar la dirección del parque natural, el de calidad, el respetuoso que invierte economía en la zona, el que normalmente existe en invierno y el que evita dejar miles de toneladas de basura a su paso.

En verano, las Lagunas de Ruidera llegan a atraer a alrededor de 275.000 personas, según las cifras que manejan en la dirección del parque, la mayoría atraídas por el baño y las actividades relacionadas. Y como curiosidad, José Antonio Pizarro indica que los agentes ambientales pueden llegar a recoger “entre 200 y 400 zapatillas cada año olvidadas o tiradas”.

No es lo único, pues en Ruidera se puede encontrar desde “una fila de 50 latas de cerveza vacías a pañales detrás de arbustos o un colchón abandonado que han utilizado para tumbarse”, y entre los “tesoros” que han descubierto los buzos en el suelo de las lagunas también ha habido “lavadoras o frigoríficos”.

El director del parque natural admite que todavía existe “una importante labor por delante” para concienciar sobre la importancia del medio, pues “las Lagunas de Ruidera son algo más que un parque acuático” y eso supone hacer “ciertos sacrificios”.

A este respecto, otra de las consecuencias de la afluencia desmedida que tienen las lagunas durante los meses estivales, con cifras que rondan las 10.000 personas por día, es la aglomeración de coches, “mal aparcados, en los márgenes de la carretera, o que dejan atrapados a otros vehículos”.

Pizarro admite los riesgos para la seguridad que conllevan este tipo de prácticas, sobre todo en el caso de que sucediera algún tipo de incidencia, como un incendio; por eso las campañas de control y vigilancia por parte de los agentes medioambientales y de la Guardia Civil han ido en aumento.

En el fondo, la idea de regular el acceso a las lagunas sobrevuela, pues el responsable del parque admite que “no tienen capacidad para recibir hasta 12.000 visitantes diarios”.

La revalorización y el estímulo del turismo rural

De hecho, José Antonio Pizarro señala que la Junta de Comunidades tiene avanzado un nuevo consorcio que siente sobre la mesa al gran número de administraciones implicadas en la gestión de las Lagunas, donde participa tanto la dirección del parque, como los Ayuntamientos, la Confederación Hidrográfica del Guadiana y las diputaciones provinciales; y al mismo tiempo estudia realizar “regularizaciones para el acceso a visitantes”, que podría ser a través de tickets para un parking general, siempre que hubiera autobuses para conectar a las diferentes lagunas, y que supusiera una simbólica contribución económica a la gestión de los recursos.

Pese a las limitaciones que pudieran surgir en los próximos años, el objetivo último es revalorización de las Lagunas y evitar esa “mala experiencia” que se lleva el visitante que llega los fines de semana de agosto, normalmente procedente de Madrid, Cataluña y Valencia, debido a la saturación.

Las Lagunas de Ruidera ofrecen en el centro de España un lugar único para el baño y la aventura, y frente al deterioro acelerado del medio natural que conllevan los “excesos” brindan una oportunidad magnífica para el estímulo del turismo rural que tanta riqueza trae a los pueblos.

Fuente:www.lanzadigital.com

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