Las tres masas de agua que conforman lo que se conocía hasta la aprobación del Plan Hidrológico de la Demarcación del río Guadiana como Acuífero 23 han sufrido un descenso medio en el volumen de agua que embalsan de dos metros en el último año.
Así lo ha explicado el Comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), Timoteo Perea, quien ha señalado que este descenso se ha registrado entre mayo de 2016 y el mismo mes de 2017.
La masa de agua subterránea conocida como Rus-Valdelobos, que se extiende sobre una superficie de 1.459 kilómetros cuadrados, en las provincias de Cuenca y Albacete, ha descendido 2,45 metros.
En el caso de la masa de agua subterránea Mancha Occidental II, que se extiende sobre una superficie de 2.003 kilómetros cuadrados por la provincia de Ciudad Real, los niveles piozométricos han descendido 2,35 metros.
El descenso ha sido menos acusado en el último año en la masa de agua subterránea Mancha Occidenta I, que ocupa 2.535 kilómetros cuadrados de las provincias de Ciudad Real y Albacete y donde los niveles piozométricos han bajado 1,23 metros.
Timoteo Perea ha explicado que la ausencia de lluvias durante la primavera pasada, unido al hecho de que “ha habido algo más de riegos durante primavera”, se refleja en las bajada de los niveles de las diferentes masas de agua.
Una situación que ha calificado de “normal”, cuando no se producen lluvias y se ha de regar en primavera para mantener los cultivos.
En el último año, ha señalado, no se han producido recargadas del acuífero y hay más uso de agua, en tiempo en los que normalmente no se usa, como es la primavera si se hubieran registrado precipitaciones”, ha advertido.
A pesar del descenso que registran estas masas de agua, que tiene una influencia directa en la conservación del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, el espacio protegido presenta unos buenos niveles de inundación con 1.300 hectáreas inundadas.
De hecho, el comisario de Aguas de la CHG ha indicado que en Las Tablas de Daimiel, salida natural de las masas de agua del Alto Guadiana, aún se refleja la inercia de los años húmedos con agua que está drenando y que mantiene los niveles de inundación del parque nacional en un buen estado a punto de comenzar la estación del verano.
Perea ha comentado que la situación hídrica que presentan el Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera también es buena, pues salvo las lagunas de la parte alta del parque, todas las demás mantienen niveles “aceptables” de agua.
Las Lagunas de Ruidera tienen una influencia directa del acuífero de la masa de agua del Campo de Montiel, que en el periodo de mayo de 2016 a mayo de 2017 ha bajado 0,27 centímetros, un descenso mucho menor al resto de masas de agua, porque, como ha explicado Perea, en esta zona se registraron lluvias durante la primavera, que han provocado que se acusara menos el descenso de agua.
Fuente: www.lanzadigital.com
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