La Mancha Húmeda, una amplia extensión de 418.000 hectáreas ligadas a los humedales

Su ampliación de 25.000 hectáreas a 418.087 hectáreas le lleva a englobar un conjunto de zonas húmedas cuyas características resultan determinantes en la presencia de hábitats, especies, sistemas ecológicos y paisajes de alto valor ambiental que, además, son únicos en el territorio español.

Tres décadas después de que La Mancha Húmeda fuera declarada en febrero de 1981 como Reserva de la Biosfera para tratar de salvaguardar las llanuras inundables asociadas a los ríos manchegos y las lagunas endorréicas distribuidas por la meseta castellanomanchega, han quedado finalmente delimitados de forma precisa sus límites.

Se da así un paso fundamental para avanzar en las directrices y estrategias necesarias para salvaguardar la gestión de estos espacios naturales, como reconocen a Efe algunos expertos consultados.

En las 418.087 hectáreas que forman parte de la reserva, se encuentran 76 lagunas y zonas de dominio público hidráulico de treinta y tres cauces fluviales.
En la zoonificación aprobada, todas las zonas de máxima protección de los humedales de relevancia han sido clasificadas como zonas núcleo, garantizándose así su protección y conservación.

Cada una de estas zonas se encuentra rodeadas por un cinturón periférico más o menos extenso que se denomina zona tampón, que tiene como objetivo amortiguar los posibles impactos derivados de la zona exterior que forma parte de la reserva y que se denomina zona de transición.

La zona núcleo ocupa una superficie total de 16.750 hectáreas e incluye enclaves básicos para la investigación ambiental, la observación y el seguimiento del cambio global, así como para la educación ambiental y la naturaleza.

Forman parte de esta zona espacios naturales como el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, el Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera, los complejos lagunares de Alcázar de San Juan, Villafranca de los Caballeros o Pedro Muñoz, además de otras lagunas y zonas de dominio público de ríos como el Azuer, Gigüela, Záncara, Riansares, Pinilla o Alto Guadiana.

La zona tampón ocupa una superficie de 59.639 hectáreas, mientras que la zona de transición se extiende por una superficie total de 341.698 hectáreas de terreno.
En el conjunto de la reserva se puede encontrar vegetación típica de marjales o pajonales palustres, esto es, helófitos emergentes o altas herbáceas que enraízan en el fondo de zonas húmedas, como eneas, carrizos,juncos y, la excepcionalidad de la masiega (Cladium mariscus), representativa junto a Tarayes, de la vegetación típica de las Tablas de Daimiel.

También se encuentran conjunto de plantas de ecosistemas propios de saladares o formaciones de encinas, coscojas y sabinas (Juniperus thurifera) representativas de una climatología áspera.

En cuanto a la fauna, hay numerosas especies estrechamente relacionadas con humedales, con representantes de todos los grupos zoológicos entre los que destacan las aves, las cuales encuentran en las zonas húmedas de la Mancha, excepcionales lugares para la alimentación, cría y refugio o de descanso en las migraciones.

La diferencia de tipologías de los humedales manchegos, con características hidrológicas distintas, dan lugar a una diversidad biológica excepcional, en la que tienen cabida todo tipo de especies de limícolas, anátidas o ardeidas, entre otras. 
Ésta ornitofauna, ha sido la responsable de que Las Tablas de Daimiel, el Complejo Lagunar de las Lagunas de Alcázar de San Juan o la Laguna de Manjavacas, hayan sido declarados Humedales de Importancia Internacional, de acuerdo con el Convenio "Ramsar", y Zonas de Especial Protección para las Aves, en aplicación de la Directiva 79/409/CEE de Aves.

A pesar de la gran biodiversidad que encierra la Reserva de la Biosfera, según el documento que recoge las directrices de estrategia para la gestión de la reserva, en las últimas décadas se calcula que más de un 10 de la superficie de humedales ha desaparecido en la Cuenca Alta del Guadiana.

Además, debido a la creciente antropización la vegetación natural ha quedado reducida en un 15% de su superficie original y la degradación de los ecosistemas ponen en riesgo la supervivencia de muchas especies que en mayor o menor medida dependen del buen estado de conservación de los humedales.

El gran reto de futuro de La Mancha Húmeda es encontrar el modo de compatibilizar la sostenibilidad ambiental de este territorio con el crecimiento económico.

Directrices de gestión


El Documento Rector del Plan de Gestión de la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda prevé en su redacción las directrices estratégicas que se han de seguir para la gestionar en el futuro este territorio.

El objetivo de este documento marco es establecer los criterios que permitan a la reserva de la biosfera funcionar como tal, poniendo en marcha prácticas de desarrollo sostenibles que sean compatibles con la conservación del patrimonio natural y cultural de la zona, a la vez que ofrece herramientas para solucionar los problemas que existen en este territorio.

Para ello se han articulado medidas que se incluyen en tres ejes básicos, el primero de los cuales, se centra en garantizar la conservación del patrimonio natural y cultural.

La excepcional singularidad del conjunto de lagunas que constituyen la reservas, según este documento, con sus diversas características geológicas e hidrológicas y la gran diversidad biológica que albergan, constituyen una pieza única e irrepetible del patrimonio natural de Castilla-La Mancha, que reconoce, merece ser conservado.

Del mismo modo, entiende que debe prestarse mayor atención al patrimonio cultural en general y, en especial, al asociado al agua y sus aprovechamientos, potenciando su recuperación y conservación.

Para ello, se propone conseguir la recuperación de los principales valores naturales e inventariar, recuperar y ponen en valor el patrimonio cultural.

Otro eje básico que consideran fundamental desarrollar se centra en establecer un marco orientativo para la gestión de los aspectos relacionados con la investigación, formación y la educación ambiental, así como con la comunicación.

Finalmente, el Documento Rector del Plan de Gestión de la Reserva de la Biosfera de La Mancha aboga por convertir el desarrollo sostenible en la seña de identidad fundamental del territorio, hasta llegar a ser el verdadero motor capaz de generar ventajas comparativas.

Se considera esencial en los objetivos de este eje, el conseguir que la población perciba de forma evidente los beneficios que emanan de la implantación y desarrollo de la reserva de la biosfera.

Fuente: lanzadigital.com

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