La Junta admite que derribará el Hotel La Colgada de Ruidera

El Gobierno regional ha confirmado a los representantes sindicales de sus trabajadores la decisión de cerrar dos de los albergues juveniles de la Región, el de Entrepeñas en Auñón y el Alonso Quijano en Ossa de Montiel.
El caso del albergue Alonso Quijano es el más llamativo, puesto que no sólo ha confirmado la intención de cerrarlo, sino que incluso admite que deberá ser derribado, puesto que se encuentra situado junto al agua en el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera.
El Albergue Alonso Quijano se ubicaba en otro edificio, a unos metros, pero en 2005 se desalojó por considerar que presentaba graves problemas; se desestimó la posibilidad de reformarlo, y desde entonces permanece abandonado. En 2006, la Junta decidió adquirir el Hotel La Colgada, por el que pagó cerca de dos millones de euros.
Lo más llamativo es que en aquel momento algunas organizaciones, como Ecologistas en Acción de Ciudad Real, ya denunciaron que el Hotel se encontraba ubicado en un lugar indebido, en el dominio público, y que además la única salida era derribarlo puesto que es el edificio de mayor impacto visual negativo en todo el parque natural.
Desde entonces se ha venido utilizando este hotel como albergue, hasta que la Junta de Comunidades planteó a los sindicatos el plan de gestión de personal que venía motivado por la previsión de cierre de estas instalaciones.
Inquietud
En ese momento, el Sindicato de Trabajadores de Administración y Servicios de Castilla-La Mancha denunció la situación, especialmente en lo que se refiere al impacto sobre el empleo en estos centros, y también sobre la economía de la comarca, en la que el turismo es un factor fundamental.
En la última reunión de la comisión paritaria, que se celebró en Toledo, el día 27 de abril en la Consejería de Administraciones Públicas y Justicia, la Junta confirmó que la decisión de cerrar es firme, aunque no hay una previsión concreta de fechas para hacerlo, por lo que por el momento seguirá prestando servicio.
La clave en lo que se refiere a personal es que la Administración quiere retirar a sus trabajadores del centro (lo que puede incluir la supresión de los puestos interinos y el traslado del resto), y que por el momento sea una empresa externa la que siga encargándose del albergue, lo que hace pensar a los sindicatos que hay una privatización de servicios.
De momento no hubo acuerdo en la comisión paritaria, por lo que serán los delegados de personal los que tengan que negociar en cada caso el plan de recursos humanos ligado al cierre de estos albergues.
Hasta entonces, el albergue Alonso Quijano seguirá ocupando el Hotel la Colgada como una contradicción palpable de la Administración regional, que intenta recuperar al máximo el medio natural del parque de las lagunas de Ruidera, pero es propietaria de lo que los ecologistas consideran su mayor agresor inmobiliario.

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