Contreras describe el origen de Manzanares como encrucijada de caminos

Entre textos de Clara Almagro Vidal y relaciones topográficas fruto de un proceso largo de documentación, comprobado por él mismo a pie en los últimos doce años, Francisco Contreras, el mismo vecino que dio la charla divulgativa hace dos semanas con motivo de las Jornadas Histórico-Turísticas ‘Manzanares medieval’, cuenta que “es probable la existencia de caminos en el término municipal de la localidad desde la Edad del Bronce” y liga la aparición de las vías pecuarias a la que califica de “cultura de las motillas, esas fortalezas formadas por una torre central rodeada de lienzos amurallados en forma concéntrica, casi laberíntica, que acogían comunidades humanas prehistóricas”. El camino ganadero conocido como Cañada del Carrerón, situado en el entorno de la motilla del Azuer y que va a parar a la motilla de los Palacios, entre Bolaños de Calatrava y Daimiel, da constancia de esta realidad, y de la importancia que ejercía la existencia de agua, tanto a la hora de describir los caminos, como las encrucijadas que solían coincidir con pozos y las mismas fortalezas que defendían el acceso a un pozo central y que siempre estaban localizadas cerca de acuíferos.

En esta tierra, que según cuenta Contreras, “en el siglo XII era un territorio adehesado, plagado de encinas, retamas y quejigos, similar a las zonas del Sotillo o el resto de la sierra de Siles”, el experto cuenta que “en 1273 hay constancia con la creación el Honrado Concejo de la Mesta, una asociación que reúne a pastores trashumantes, de la existencia de regulación para defender los derechos e intereses de los ganaderos a su paso por los campos y las poblaciones”; y en esta época afirma que ya se puede hablar de una auténtica red de vías en el término municipal de Manzanares, que propiciarían la aparición “primero de una torre que vigilaba un vado en el río, luego del castillo y al final la creación de la villa” con el impulso poblacional dado por la Orden de Calatrava.

La Cañada Real Soriana, la Cañada Real de Cuenca, el cordel de la Plata y la vereda de Moratalaz aparecen en el discurso de Francisco Contreras entre las vías pecuarias “más importantes y características de Manzanares”. Tras hacer referencia al antiguo Pozo del Concejo que había frente a la puerta del actual salón de plenos del Ayuntamiento y a las calles del Carmen y las Monjas como las más antiguas de la localidad, Contreras señala que la actual Plaza de la Constitución fue la intersección entre la Cañada Real Soriana, “que llega por el norte de Manzanares paralela a la carretera de Andalucía y que sale por el sur en la misma carretera de Moral de Calatrava en dirección al Valle de Alcudia, y el cordel de la Plata, que según explica, “era el camino más recto que unía el corazón de Manzanares con el pueblo más antiguo de la comarca, Alhambra, pasando por Membrilla y la Solana”.

También habla de la Cañada Real de Cuenca, que discurre por el actual polígono industrial, y de la vereda de Moratalaz, “un tanto olvidada en estos momentos y con cierto deterioro en algunos de sus tramos”, que transcurría en sus aproximados 34 kilómetros dentro del actual término municipal.

De esta manera, Francisco Contreras afirma que los documentos señalan que aunque ha habido pocas noticias de la formación de Manzanares, primero como villa y por fin como ciudad, “siempre ha estado relacionada con dos elementos: la unión de caminos ganaderos y el interés de la Orden de Calatrava en establecer una encomienda fuerte frente a las posesiones de San Juan y sobre todo de santiaguistas”.

Fuente: lanzadigital.com

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