El censo de grulla común (Grusgrus) invernante en España ha arrojado una cifra récord en 2017 de más de 255.000 ejemplares censados en once comunidades autónomas, según un trabajo realizado por 215 personas en 161 localidades del país.
José Antonio Román, coordinador del censo y miembro del Grupo de Trabajo y Conservación de la Grulla, ha explicado que estos datos han permitido "determinar la realidad de la invernada de la grulla común en España".
Hasta ahora los últimos datos que se tenían sobre el número de grullas que pasaban el invierno en el país eran de 2007, cuando SEO/BirdLife estimó la población en 125.000 grullas.
Los datos ahora cotejados reflejan que Extremadura es la comunidad autónoma más importante para la invernada de la grulla, ya que acoge 127.513 ejemplares, seguida de Aragón, con 55.177 animales, y Castilla-La Mancha, con 42.141.
Otras comunidades en las que las grullas deciden pasar el invierno son Andalucía, con 23.660 ejemplares; Castilla y León, con 6.165 grullas; Navarra, donde se han contabilizado 81 ejemplares; Cataluña, con 12 ejemplares; La Rioja, con 8 ejemplares; la Comunidad Valenciana, con 9 ejemplares; Madrid con 5 ejemplares, o las Islas Baleares, donde se han censado 21 ejemplares.
A las grullas "españolas", ha explicado Román, hay que añadir las 12.000 grullas que pasan el invierno en Portugal y que dejan el censo total de la península ibérica en 277.000 grullas.
Se estima que son 400.000 las grullas que hay en el occidente europeo, de las que 277.000 viene a la península ibérica y cerca de 130.000 se quedan en Francia.
Los datos reflejan que esta especie está en expansión, especialmente porque en el centro y norte de Europa "está más protegida", ha dicho Román, quien ha apuntado que el origen de la invernada de la grullas está marcado por las grandes dehesas en las que las aves encuentran bellotas, un recurso que aporta mucha energía.
No obstante, la grulla come también maíz, arroz, invertebrados y pequeños tubérculos, que le ayudan a obtener los recursos suficientes para emprender un largo viaje de más de 4.000 kilómetros en algunos casos.
Así, la lectura de algunas anillas y los datos de radio seguimiento ha permitido determinar que algunas grullas llegan desde Finlandia o Rusia.
Román ha comentado que la grulla es una ave muy oportunista que aprovecha la disponibilidad de recursos para alimentarse por lo que el cambio en los modelos agrarios en la comarca extremeña de Las Vegas Altas, donde los cultivos de regadío tradicionales están siendo sustituidos por frutales y olivares en espaldera, podrían afectarles al dejarles sin alimento suficiente.
Por este motivo, ha considerado importante seguir realizando este censo en los próximos años y comprobar cómo evoluciona la población de una especie que puede ser considera la ave de Europa "porque atraviesa gran parte de sus países o está presente de una u otra forma en todos ellos".
Fuente: lanzadigital.com
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