ALTO GUADIANA MANCHA: DE LAS TABLAS DE DAIMIEL A LAS LAGUNAS DE RUIDERA
Adentrarse en la Comarca del Alto Guadiana Mancha, es conocer un territorio que posee espacios naturales únicos y un patrimonio cultural de gran valor. El paseo por las calles, rincones y parajes de nuestros pueblos despierta las vivencias descritas por Cervantes en su universal e inmortalizada obra del Quijote.
Nuestra comarca se enclava en el noreste de la provincia de Ciudad Real, muy bien comunicada con el eje Madrid-Valencia y atravesada por la Autovía Madrid- Andalucía; conformada entorno a un eje imaginario que tiene por extremos las dos zonas húmedas más singulares de Castilla La Mancha, el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel y el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Esta riqueza natural, en conjunción con la historia y la cultura de sus quince municipios, constituye una opción sólida y atractiva para el viajero más exigente.
El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel tiene su origen en los desbordamientos de los ríos Guadiana y Gigüela, que dan lugar a las "tablas" o "tablazos" a los que debe su nombre, dando vida a un mosaico vegetal donde las plantas palustres se convierten en hábitat excepcional para el desarrollo de la fauna, en especial de las aves acuáticas, estando reconocido internacionalmente como Sitio Ramsar y Reserva de la Biosfera de la UNESCO.
La vegetación de Las Tablas está determinada por la calidad y cantidad de las aguas, contando con el masegar más extenso de Europa, además de formaciones de carrizos y eneas y las praderas subacuáticas de ovas. El árbol más característico es el Taray.
De la avifauna sobresalen anátidas y limícolas. Las garzas están representadas por la garza imperial, el martinete y el avetorillo. Una población singular es la de las grullas que en invierno encuentran en Las Tablas su refugio ideal ofreciendo con sus cánticos y movimientos una estampa de gran belleza.
En el propio Parque se pueden realizar visitas libres y guiadas, existiendo un Centro de Interpretación para conocer de forma didáctica la dinámica de este Parque. Existen tres itinerarios señalizados entre 1 y 2 Kms. cada uno que conforman un entramado de pasarelas, sendas e ilas con distintos puntos de observación preparados al efecto. Para los amantes de las aves, las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde son las mejores para su observación.
El Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera ofrece al visitante un espectáculo visual y sonoro (de ahí viene su nombre) producido por el salto del agua de una laguna a otra formando cascadas. El conjunto de 15 lagunas se extiene a lo largo de 28 Kms. Con un entorno de matorral y monte bajo típico del bosque mediterráneo, aves esteparias y acuáticas tienen un punto de encuentro único en la Península Ibérica.
El valle que traza la cadena de lagunas está rodeado de encinares adehesados y de sabinas albares en los suelos altos, acompañados por quejigos en los suelos más ricos. El matorral está compuesto por coscojares, espinos y aliagas. Los fondos del valle y márgenes de algunas lagunas tienen árboles de ribera y los típicos juncos, carrizos, eneaas y masiegas.
Dentro de las aves destaca la presencia de distintas rapaces diurnas y nocturnas, además de patos, garzas, somormujos y otras pequeñas aves.
En este caso hay que mencionar también al importante grupo de mamíferos con liebres, conejos, zorros, jabalíes, tejones, etc.
En el municipio de Ruidera se puede visitar el Centro de Interpretación de este complejo sistema lagunar.
Si el patrimonio natural es importante en la comarca del Alto Guadiana Mancha, el patrimonio cultural y etnológico bien merece la admiración del viajero. El tiempo y los pueblos que han pasado por este territorio han dejado un variado patrimonio histórico-artístico. Así lo atestiguan las prehistóricas Motillas de la Edad de Bronce ubicadas en el municipio de Daimiel, localidad que cuenta con importante muestra de arquitectura religiosa como la Iglesia de Santa María la Mayor y un interesante patrimonio civil en el que destaca el Centro de interpretación del Agua y de los Humedales Manchegos; asentamientos romanos y cartagineses, innumerables ermitas, iglesias barrocas, góticas y del románico-mudéjar de las que encontramos excelentes ejemplos en Las Labores con su iglesia de Ntra. Sra. del Sagrario del s. XVII ó en Arenas de San Juan en la que podemos visitar la iglesia de Sta. María de las Angustias, de estilo románico-mudéjar declarada monumento de interés artístico en el año 1976, en cuyo interior se hallan unos frescos considerados como las pinturas de tipo románico más meridionales halladas hasta la fecha en Europa. Destacar también Carrizosa, que cuenta con la iglesia parroquial de Santa Catalina que fue levantada en 1932, sobre vestigios que prueban la existencia de un templo anterior que data del siglo XVI, ó La Solana en cuya plaza mayor, centro neurálgico de la vida del municipio, encontramos la iglesia parroquial de Santa Catalina (con elementos del gótico tardío, renacentistas y barrocos) cuya torre está considerada como una de las más majestuosas de la provincia. Son también visitas obligadas en este municipio La Casa de la Encomienda, Casa Don Diego (ejemplos de casa señorial) y convento de las Madres Dominicas. Tampoco podemos olvidar la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción que data de finales del siglo XIV en Manzanares, localidad que nos permite admirar el Castillo de Pilas Bonas, que constituye la edificación más añosa de la localidad, recientemente recuperado como establecimiento hostelero. Por su parte, Villarrubia de los Ojos, en los pies de las últimas estribaciones de los Montes de Toledo, además de contar con un singular patrimonio artístico, nos permite admirar desde su Sierra uno de los paisajes más bellos de la provincia. Villarta de San Juan y Membrilla nos ofrecen una importante muestra de arquitectura vinculada al agua, como es el caso del Puente Romano sobre el río Giguela y el Molino del Rezuelo respectivamente, en las riberas del río Azuer, que ofrece al turista una muestra de cómo se trabajaba en estos molinos de agua, que conserva su maquinaria original.
Acercarse a Puerto Lápice o Argamasilla de Alba, dos de los pueblos más conocidos y visitados de Castilla la Mancha por su vinculación al Quijote, permite cambiar por un momento de época al viajero. La Plaza y la conocida Venta del Quijote en Puerto Lápice, recrean escenarios de un pasado que permanece en el tiempo. Por su parte, la Cueva de Medrano en Argamasilla de Alba se identifica tradicionalmente como la Prisión en que Miguel de Cervantes concibió y empezó a alumbrar la inmortal obra del Quijote.
Por último, no podemos olvidar dos de los municipios más pequeños de la comarca, que poseen con gran encanto: Llanos municipio singular que nació gracias al desaparecido Instituto de Colonización, y San Carlos del Valle cuya Plaza Mayor que alberga la Iglesia del Santísimo Cristo del Valle, conforman uno de los conjuntos arquitectónicos más atractivos de la región.
Finalizar con una breve reseña de la gastronomía manchega de la comarca en la que además de platos tan conocidos como las gachas, migas, pisto, cordero, duelos y quebrantos, tiznaos, podemos degustar una nutrida variedad de excelentes vinos, aceites y del inigualable Queso Manchego.
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