La partitura de Soutullo y Vert es deliciosa desde el punto de vista melódico, con momentos de lucimiento para solistas y coros. El barítono Jesús Lumbreras encarnó al conde Mario en la función de noche, mientras que Alberto Arrabal lo hizo por la tarde. Dos grandes solistas junto al tenor Gonzalo Terán, otra voz consagrada que atacó el rol de Iván. También destacaron las sopranos Chantal Garsán como Amapola y Alicia Montesquiu como Simeona. Esta última había triunfado el año pasado haciendo de Catalina en La rosa del azafrán con la compañía local.
El maestro Luis Sánchez Romanos dirigió la orquesta en una obra que tiene momentos culminantes como el intermedio, ese célebre ‘Amor de Hombre’ que popularizó Mocedades.
En general, lucida representación de la compañía dirigida por María Dolores Travesedo, que suele esforzarse en traer lo mejor que tiene cuando llega a la Semana de la Zarzuela.
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